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¿POR QUÉ DEBERÍAS CAMBIAR DE ASESORÍA? 10 SEÑALES PARA HACERLO

Sin lugar a dudas, la asesoría es uno de los apoyos más importantes de todo negocio. En ella se deposita toda la información sobre cuentas, facturas, fiscalidad, y en consecuencia debería conocer el ADN de la empresa. Depositamos en ella nuestra confianza y de su responsabilidad podría decirse que depende parte del éxito del negocio, por eso es vital que cumplan con sus funciones y nos eviten sorpresas desagradables.

Pero, ¿qué pasa si no estás satisfecho con los servicios de tu asesoría? La respuesta es que no pasa nada, siempre y cuando te des cuenta a tiempo y des el paso. A pesar de lo que puedas imaginar, el cambio no es un proceso complejo para ti y menos si piensas en todas las ventajas de cara al futuro. Es tu nuevo asesor quien se encarga y asume el proceso y trabajo que supone y tú, simplemente, has de comunicar el cambio.

El papel de la Asesoría no es el de un mero presentador de documentos. Necesitan estar actualizados, saber el qué, el cómo, el cuándo… La legislación fiscal en España es muy compleja y es cierto que no está al alcance de todos. Es un proceso de actualización continuo, diario y constante, y si no están al día te dejarán fuera de juego tarde o temprano.

 

¿CÓMO RECONOZCO QUÉ DEBO CAMBIAR DE ASESORÍA? 

Si alguna vez has pensado alguna de las 10 cuestiones que te presentamos a continuación, es que tu asesoría no está cumpliendo bien sus funciones y no estás satisfecho con sus servicios. Así que pregúntate, ¿alguna vez has pensado que

1. No aportan ningún valor a mi negocio
2. No recibo un buen servicio para el precio que pago
3. No son pro-activos y tengo que informarles yo sobre cuestiones que leo en el periódico o escucho o veo en radio y televisión
4. No me informa sobre subvenciones o ayudas que pueden beneficiar a mi negocio.
5. Tardan mucho tiempo en responder emails o devolverme llamadas.
6. No me informan con antelación de la situación de mi negocio porque tardan mucho en contabilizar las facturas, siempre esperan hasta el último momento.
7. No me facilitan datos de mi empresa cuando se los solicito y parece que tengo que andar detrás de ellos.
8. Han tenido varios errores leves y ya no tengo la misma confianza con ellos.
9. Parece que soy un número más y siento que no les importa mi negocio ni se preocupan por él.
10. Han presentado mal un impuesto y tuve que pagar multa y los intereses de demora por no presentarlo a tiempo. A pesar de que fue un error suyo, fui yo quien tuvo que hacer frente a los costes y no asumieron su responsabilidad.

Tendemos a pensar que los cambios son complejos y por comodidad, nos quedamos quietos, donde estamos, aun sabiendo que la situación no es buena. Nuestra recomendación es que busques otra asesoría, la que se adapte a tus necesidades, que te ofrezca el máximo ahorro fiscal y que sean realmente tus consejeros. Todo comienza con un primer paso.

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