Cómo planificar la financiación de mi negocio
Un nuevo proyecto, la estacionalidad de mi facturación, la inversión que preciso efectuar… Siempre pensamos en las entidades bancarias cuando precisamos financiación, y no es mala opción, pero tan solo una de las posibles. Sepamos, por ejemplo, que el coste de la financiación bancaria en España está por encima de la media de la zona euro. Y, siempre, que planifiquemos previamente. Se nos habla de apalancamiento financiero y fruncimos el ceño, pero no deja de ser más que la forma en que nos endeudamos. Desconocemos muchas de las posibilidades y, sobre todo, de los errores que cometemos a la hora de endeudarnos.
Las fórmulas de financiación bancaria más conocidas son los préstamos, las pólizas de crédito, los descuentos de efectos y otros como el leasing o el renting (muy interesantes estos últimos en la financiación de maquinaria). Sin embargo, a veces acudimos a la entidad con la idea del “a ver qué me dan” y no del “qué necesito”. Cuánto tardaré en recuperar la inversión, qué plazo de pago me ofrecen y cuál es el coste del endeudamiento. Planificación es una palabra que muchas veces falta en nuestro negocio. Hoy nos centramos en la financiera. Pero esa planificación tiene más nombres que la entidad bancaria tradicional, pongámoselos:
-Sociedades de Garantía Recíproca (SGR: entidades financieras sin ánimo de lucro, sujetas a la supervisión e inspección del Banco de España. Posibilitan el acceso al crédito en mejores condiciones de plazo y de tipo de interés a las pymes y autónomos, consiguiendo la financiación para sus proyectos). Como referencia: CESGAR, es la Confederación española de sociedades de garantía recíproca.
-Comunidades Autónomas: a través de la web oficial de cada comunidad autónoma se puede acceder a amplia información sobre ayudas, subvenciones, préstamos subvencionados y líneas de ayuda para determinados sectores o actividades.
–ICEX: En el Instituto Español de Comercio Exterior, para el caso de impulsar o explorar la vía de la internacionalización de la empresa.
-El ICO: Instituto de Crédito Oficial. También en su web hay amplia información, pero debemos saber que concede los fondos con la mediación de la entidad financiera.
-Los Ministerios, como el de Economía, Industria y Competitividad, directamente, a través de empresas o a través de las Secretarías, como la secretaría de Estado de Comercio a través de los créditos FIEM para la internacionalización, o a través de ENISA con el préstamo participativo.
-FFF: son las iniciales en inglés de amigos (Friends), familia (Family) y locos (Fools). Una posibilidad que no debemos descartar.
-Business Angels: el término también proviene del inglés con una traducción como “ángel inversor”, hay incluso plataformas homologadas en distintas comunidades autónomas. Suelen ser individuos que poseen capital y conocimientos y están interesados en participar en buenos proyectos. Pueden aportar no solo dinero sino también valor a través a sus conocimientos o sus contactos.
-Crowdfunding: Método de financiación colectiva muy conocido en el exterior y menos en España. Normalmente se articula a través de plataformas de Internet para todo aquel que esté interesado. Similar nomenclatura, aunque con sus particularidades también ofrece financiación el Crowdlending (un préstamo entre particulares que no tienen por qué conocerse). O el Crowdsourcing (que es más bien una externalización de tareas de modo colaborativo)
Desde luego hay otras fórmulas de financiación como el Capital-riesgo, emisión de fondos o participaciones, capital privado, etc…, pero en todas y cada una de ellas hay un factor ya mencionado al inicio que es clave: la planificación.
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