El riesgo de una fiscalidad excesiva y las nuevas medidas de Hacienda para combatir la economía sumergida
La presión fiscal en España ha alcanzado niveles preocupantes, situándose por encima de la media europea. Este escenario ha provocado un incremento en la economía sumergida, donde empresas e individuos eluden sus responsabilidades fiscales. En respuesta, la Agencia Tributaria ha lanzado un plan de inspección específico para 2024, centrado en aquellos sectores y actividades donde se aprecia un alto riesgo de evasión fiscal. Estas nuevas medidas, aunque necesarias para combatir el fraude, podrían generar tensiones adicionales en un sistema ya marcado por la elevada carga impositiva.
El problema de la presión fiscal en España
En los últimos años, la presión fiscal en España ha experimentado un aumento significativo, situándose en un 38,4% del PIB, por encima de la media de la OCDE Este incremento, impulsado por políticas de ajuste fiscal y aumentos impositivos, ha afectado tanto a empresas como a trabajadores, quienes enfrentan una carga impositiva un 18% mayor que la media europea.
Si bien el objetivo de estas políticas es reducir el déficit públi-co, que actualmente se sitúa en el 1,92%, la falta de una reducción paralela en el gasto público ha generado preocupación. Las subidas de impuestos pueden disuadir la inversión y fomentar la economía sumergida, especialmente en sectores donde el uso de efectivo sigue siendo común.
Las nuevas medidas de Hacienda para combatir el fraude fiscal
Conscientes del creciente problema de la economía sumer-gida, la Agencia Tributaria ha intensificado sus esfuerzos para controlar el uso del efectivo y las transacciones opacas. En su Plan de Control Tributario y Aduanero para 2024, Hacienda ha anunciado que aumentará la vigilancia en sectores con alto riesgo de eva-sión, enfocándose especialmente en los autónomos y pequeños comercios que utilizan dinero en efectivo como principal medio de pago.
Entre las medidas más destacadas se encuentra el control sobre aquellos contribuyentes que no aceptan pagos electrónicos o no disponen de datáfonos. Además, se vigilará de cerca a los ciudadanos cuyos signos externos de riqueza no coincidan con las rentas declaradas. Esta estrategia tiene como objetivo identificar inconsistencias en las declaraciones de renta y patrimonio, especialmente en aquellos casos donde se sospecha que los ingresos no son reportados correctamente.
El control sobre el uso del dinero en efectivo
Una de las principales preocupaciones de Hacienda es el uso intensivo de efectivo en las transacciones comerciales, especialmente en sectores como la hostelería y los servicios, donde este método de pago es común. Desde 2021, el límite de pagos en efectivo se redujo a 1.000 euros para transacciones en las que alguna de las partes actúe como empresario o profesional. Este límite ha sido objeto de atención especial por parte de la Inspección, que busca evitar que los pagos en efectivo sirvan como vía de evasión fiscal.
A pesar de esta reducción en el límite, Hacienda ha dejado claro que seguirá controlando de manera estricta las transacciones en efectivo, independientemente del importe. Estas operaciones, según la Agencia Tributaria, están directamente vinculadas con la economía sumergida y seguirán siendo objeto de investigación y sanciones cuando se detecten irregularidades.
La vigilancia sobre pagos virtuales y criptomonedas
Además del efectivo, la Agencia Tributaria ha puesto su atención en el creciente uso de medios de pago virtuales, como los neobancos y las criptomonedas.
Estas plataformas, aunque válidamente registradas en otros países de la Unión Europea, están fuera del alcance directo de las autoridades fiscales españo-las, lo que dificulta el control de las transacciones. Hacienda ha intensificado la vigilancia sobre estas entidades para evitar que se conviertan en un refugio para el fraude fiscal.
El uso de criptomonedas y otros activos digitales también está en el punto de mira de la
Inspección. Hacienda busca re-copllar más información sobre los inversores en criptoactivos, con el fin de garantizar que estas transacciones sean declaradas correctamente y no se utilicen para ocultar ingresos o patrimo-nio.
El enfoque en las sociedades unipersonales y familiares
Otra medida importante del plan de Hacienda es el control sobre las sociedades unipersonales y familiares, que, en algunos casos, se utilizan para reducir artificialmente la carga fiscal.
La Agencia Tributaria ha detectado que algunos contribuyentes canalizan sus ingresos a través del Impuesto sobre Sociedades (IS), que ofrece un tratamiento más favorable que el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF).
Las operaciones clásicas, como la constitución de socie-dades, el aumento de capital o la disolución de empresas, están siendo objeto de un seguimiento detallado por parte de los ins-pectores. Hacienda busca asegurarse de que estas estructuras no se utilicen para ocultar ingresos o reducir de manera indebida la carga fiscal de los contribuyen-tes.
La elevada presión fiscal en Espana ha llevado a un aumento de la economía sumergida, un fenómeno que pone en riesgo la sostenibilidad del sistema tributario y la equidad entre los contribuyentes. Las nuevas medidas de Hacienda, centradas en el control del uso del efectivo, los pagos virtuales y las sociedades unipersonales, buscan combatir este problema y garantizar que todos los actores económicos cumplan con sus obligaciones fiscales.Sin embargo, es necesario encontrar un equilibrio entre la lucha contra el fraude y la creación de un entorno fiscal que fomente la inversión y el empleo formal.
Si bien el control sobre la economía sumergida es fundamen-tal, también lo es la creación de un sistema fiscal justo y eficiente que no ahogue a los contribuyentes ni incentive la evasión.
Noelia Puceiro es la directora de INTER Asesoría