¿Es recomendable ahorrar para la jubilación?
Noelia, directora de Interasesoría, ha escrito en el Diario de Arousa un artículo sobre las nuevas medidas que se barajan implantar para la jubilación:
¿Cuál es la situación actual en España?
La tendencia del mercado laboral y la disminución de la natalidad manifiestan un desequilibrio y debilidad en el Sistema de la Seguridad Social, lo que eleva el ratio entre pensionistas y cotizantes a la Seguridad Social y vamos siendo más conscientes de que tenemos que realizar un plan de ahorro que complemente nuestras pensiones públicas en un futuro. España al contrario que en el resto de Europa, está entre los 13 países más grandes de la UE, en el que menos se invierte en programas para mejorar la jubilación, tendencia totalmente contraria a Holanda, país en el que estos productos representan el 73% del ahorro financiero de las familias; en ello puede tener mucho que ver la baja rentabilidad que presentan en la actualidad este tipo de productos, junto con la mínima capacidad de ahorro de las familias españolas.
¿En qué consiste un plan de pensiones?
Un plan de ahorro privado a largo plazo puede traducirse en un plan de pensiones o en un sistema de previsión de otra índole. Si es posible, se debería plantear antes de llegar a los 50 o 55 años, preferiblemente entre 30 o 35.
De media los planes de pensiones presentan una comisión de gestión elevada. Ello junto con su bajo tipo de interés, lleva a que a su rentabilidad le resulte difícil batir la inflación. Esto es reconocido hasta por el sector bancario. Era y es utilizado como un instrumento para reducir la factura fiscal en el Impuesto sobre la Renta, por las ventajas fiscales que presenta, reducciones del 30 por ciento de la suma de los rendimientos netos de trabajo y de actividades económicas o la cuantía de 8.000 euros (límite de la suma anual que los contribuyentes se pueden desgravar). Además de otros 2.500 euros adicionales si el contribuyente aporta al plan de pensiones de su cónyuge, siempre y cuando este no obtenga rendimientos de trabajo y de actividades que alcancen los 8.000 euros.
Aunque estas medidas pueden resultar atractivas en un principio, sí es cierto que en el momento en el que se rescata el plan existe una cierta penalización por parte de Hacienda, por lo que se podría ver como un aplazamiento fiscal, es decir, se pagará en el futuro lo que se ha ahorrado en impuestos en el presente.
Tipo de productos financieros
Existen elecciones en productos financieros que aseguran un complemento a nuestras pensiones.
Planes de Previsión Asegurados con los seguros de vida-ahorro individual: Ofrecen la participación en beneficios y un tratamiento fiscal de un plan de pensiones, asegurando la recuperación total del ahorro más la rentabilidad (este extremo no lo garantizan en un plan de pensiones, que puede llegar a no proporcionar beneficio alguno al partícipe).
Renta Vitalicia Inmobiliaria: un contrato mediante el cual las personas mayores de 70 años perciben una renta durante el resto de su vida a cambio del traspaso de la propiedad de sus viviendas, pero manteniendo el uso y disfrute durante el resto de su vida.
Hipoteca inversa: Permite al cliente disponer de parte del valor de su vivienda utilizando esta como garantía. Estas cantidades se pueden percibir en forma de importe único, en forma de mensualidad o una combinación de ambas, los intereses se acumulan a las cantidades recibidas, generando una deuda que se amortiza al fallecimiento o cuando el cliente decida. Al ser una disposición (préstamo), se percibe una cuantía que no tributa. Cuenta con ventajas en la formalización (aranceles registrales y notariales).
En definitiva, deberíamos habituarnos a observar y analizar las rentabilidades y beneficios de este tipo de productos financieros; escoger la mejor opción teniendo en cuenta nuestras necesidades y situación, no dejándonos llevar únicamente por las ofertas comerciales de las entidades financieras o lo que nos aconseje el director de la oficina.