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Guardar dinero efectivo en casa

La tasa de inflación de junio se situó en 10,20%, lo cual nos posiciona en un contexto económico hiperinflacionario que ya ha influido negativamente en la economía de las familias y en el consumo privado del primer trimestre del ejercicio.

En la esfera privada, la personas con rentas más bajas son las más afectadas.

En cuanto al ámbito empresarial, la inflación ha provocado una reducción de los márgenes de ganancias y el encarecimiento de la financiación debido al incremento de los tipos de interés.

¿Qué motivó este escenario? Podemos dar varios razones:

  • La demanda tuvo un declive durante la pandemia y, tras activarse luego de confinamiento, la oferta quedó bloqueada (debido quizás a falta de materiales) lo cual produjo una subida de precios.
  • El proceso para el cambio de sistema energético ha supuesto mayores costes y precios. Costes que luego son trasladados a los precios de oferta.
  • El estadillo de la guerra entre Ucrania y Rusia y sus consecuencias sobre el mercado de la energía y materias primas, lo cual ha incrementado aún más la inflación.

Ante este panorama, la población ha recurrido a guardar dinero efectivo en casa para llevar un mejor control y gestión el mismo, además de crear un colchón para emergencias. Pero, ¿ay alguna problemática con esta medida?

Para saber qué nos recomienda María Pérez, nuestra asesora en materia fiscal, haz click aquí y lee el artículo completo en el Diario de Arousa.