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La paralización de la reforma fiscal por el Covid-19

La paralización de la reforma fiscal sin duda ha sido otra de las cosas que se ha llevado por delante el COVID-19. Y es que la llegada del coronavirus no solo ha supuesto una gran crisis sanitaria, sino también en el plano económico. Como consecuencia se ha producido la paralización de la reforma fiscal prevista para este año, pues no es momento de presionar a las empresas.

¿Cómo es la situación actual en el país?

España se encuentra en plena recesión económica, con una deuda desbordada y con el déficit a punto de alcanzar un nuevo histórico. Una situación que solo podrá encontrar una solución o recaudando más o reduciendo el gasto. Esta última medida, contraproducente para el estado de bienestar, en este momento tan necesario. Esta situación es todo un desafío para el Gobierno de España que lidia con un parte de daños muy extenso. Un parte protagonizado por grandes cifras de paro y aumento de la desigualdad.

En estos momentos la radiografía del país comienza con una deuda pública equiparable a toda su producción anual. Es decir, que supone el 100% de PIB. Todo esto sumado a que España es un país que ha sufrido grandes cambios en muy poco tiempo. Cambios como la digitalización, la globalización o diversas crisis que hacen replantearse si duda el sistema fiscal del estado.

El gobierno central frena la reforma fiscal

Aunque en España la presión fiscal es menor que la media europea, el gobierno se ha visto obligado a la paralización de la reforma fiscal. La experiencia frente a anteriores crisis ha demostrado que la presión fiscal es un castigo a la recuperación económica.

La reforma prevista para este año implicaba un alza fiscal en el impuesto sobre Sociedades, en el IRPF de las rentas altas, así como crear impuestos especiales y medioambientales. Además, en la hoja de ruta también venían reflejadas la Tasa Tobin o la implantación de la Tasa Google. Sin embargo, no es el momento para la reforma ya que han surgido otras prioridades como la recuperación económica o la creación de empleo.

No es el momento de aumentar la presión fiscal

Muchos economistas están de acuerdo con la paralización de la reforma fiscal. Pues coinciden en que no es momento de aumentar la presión fiscal, ya que tendría grandes consecuencias. La primera de ellas podría ser que muchas empresas han sobrevivido gracias a la reducción de costes que supone el teletrabajo. Esto no sería compatible con una subida de impuestos.

Por otro lado, han surgido muchas pequeñas empresas gracias a sus operaciones a través de internet. La creación de una tasa quizá lo hubiera impedido, frenando en consecuencia la creación de empleo y la reactivación económica que suponen. Otro motivo de peso también es que las grandes fortunas huirían hacia otros destinos con una presión fiscal más baja. Esto ocasionaría una gran pérdida de recaudación tributaria.

Con la pandemia y la crisis económica que ha traído consigo es evidente que el gobierno se ha visto obligado a posponer la reforma fiscal que entraba en sus planes. Pues en la actualidad lo que prima en su hoja de ruta es la creación de empleo y la reactivación de la economía nacional.

María Pérez, Asesora Fiscal en INTER Asesoría, nos amplía información sobre este tema en su último artículo para Diario de Arousa. Puedes consultarlo haciendo click aquí.