PONT UP STORE
Una se lanza a la piscina y tiene dudas. Millones de ellas. Pero ocurre a veces, que surge la oportunidad de asomar la nariz al mundo, cual ratoncito husmeando qué se cuece, y te llevas la muy, muy grata sorpresa de «tropezar» adrede con un evento como el ocurrido este viernes y sábado en Pontevedra. Así que el equipo de Interasesoría no quiso ni oír hablar de perdérselo!
Estoy hablando del Pont Up Store, del que ya estoy guardando sitio mentalmente en la agenda para la edición del próximo año. Te animo a visitar su web. A mi ya me tenían convencida desde que «caí» en ella 😉
Siendo justos, este evento no se ha limitado solamente a estos dos días (no quiero ni imaginarme los horas y horas y el trabajo que ha tenido que llevar su organización!). Pero espero que no te importe si me centro en lo que yo he experimentado en mis carnes (ya sabes que tengo por costumbre hablar sólo de aquello que conozco)
Y contártelo no va a ser tarea fácil, porque estoy hablando de sensaciones que erizan la piel. Pero para que puedas entenderme, déjame darte algo de contexto. Llevo más de 10 años como asesora de empresas y eso me ha permitido ver y conocer a muchísimas personas, proyectos, empresas y modos de trabajar. Pero quizá por el perfil u organización de la empresa dentro de la que trabajaba, o incluso por mi propia condición de asalariada, nunca había tenido la oportunidad de experimentar lo vivido este viernes.
Soy, además, una persona terriblemente tímida, por lo que «lanzarme» a hablar con desconocidos o incluso con una persona recién presentada me cuesta un poco no, lo siguiente. Pero una se anima a emprender y debe necesariamente iniciar conversaciones, porque de los monólogos los asesores todavía no hemos aprendido a vivir (aunque os puedo asegurar que hay quien lo intenta). Sin embargo, en esta ocasión todo ha fluido de una manera tan natural como el que hace el mismo puzzle por milésima vez. Amazing! Como diría Steve Jobs…
Pero no hay como mirar a los ojos a personas inquietas y dejarlas hablar para olvidar hasta el mayor de los problemas y simplemente disfrutar de la pasión que brota de sus palabras. Ahí fuera, a nuestro lado, hay muchísimas personas que – independientemente de si triunfan o no con sus proyectos – valen muchísimo la pena. Porque son valientes y son realistas. Porque llevan muchísimas horas de trabajo a sus espaldas, pero no dejan de sonreírte. Porque son personas – sin corbatas ni chaquetas ni grandes comitivas – y les encanta serlo. No trabajan para hacerse ricos (es evidente que si ocurre, bienvenido sea :). Trabajan porque creen que con sus ideas, proyectos y empresas pueden aportar un grano de arena a nuestra sociedad. A enfocarla de un modo distinto, a cuestionarse cosas que se dan por hecho, a mantener nuestra curiosidad fresca (que es, al fin y al cabo, nuestro mejor motor de innovación 😉
Y algo que particularmente me parece importantísimo. Todos son creadores. Han pensado en necesidades, en habilidades, en productos … no se han limitado a copiar lo que había, sino que lo han cambiado, lo han mejorado, lo han hecho diferente, más accesible, más moderno, más sano, más cercano… Los emprendedores que yo he encontrado, son emprendedores por convencimiento y créeme, es muy difícil resistirse a ellos 🙂Muchos coincidimos en que hay una corriente nueva, fresca y fuerte de emprendedores que vienen con el chip cambiado, sin querer ser mejores o peores, simplemente «empeñados» en demostrar que es posible hacer las cosas de un modo diferente (sin que el mundo se caiga a trozos ni dejándose vencer por lo establecido y el «ésto es así» ). Y están peleando muy duro por lograrlo. Sinceramente creo que todos tendríamos que estar o un poco más felices o un poco más agradecidos. Porque ver la vida desde distintos puntos de vista nos enriquece a todos.
Sé que podría enumerarte las empresas que han participado, enlazarla con sus perfiles sociales, páginas corporativas … pero también sé que si quieres, puedes hacerlo desde la página del Pont Up Store (y te animo a ello!). Sin embargo, creía que era importante resaltar esa parte intangible, la que nace cuando hablas e intercambias ideas, cuando descubres y te enamoras de tantos proyectos y realidades tan distintos a lo que tu haces y que, sin embargo, cuando compruebas cómo trabajan y cómo defienden su proyecto, acabas totalmente rendida a su pies.
Enhorabuena a todos y cada uno de los que habéis formado parte del Pont Up Store. Como ya os lo he dicho. No lo habéis hecho bien, lo habéis hecho genial!]]>