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La productividad y la motivación, factores clave para la retención de talento

Las administraciones están acelerando la implantación del teletrabajo entre el funcionariado, extendiéndose la formula a 35 horas semanales, 3 días presencial y 2 teletrabajo. Función Pública ya ha cerrado una veintena de planes de trabajo en diferentes ámbitos y su aplicación es inminente, donde se quiere impedir que los días de teletrabajo se puedan unir al fin de semana.

Esta medida viene impulsada por el ahorro energético de la administración en la procura de que se comparta despacho y se coincida en días con el fin de minorar el gasto. Además de la regulación del teletrabajo, donde se tiene que asegurar conexión a internet y facilitar al trabajador de los medios técnicos para su desarrollo también se regula los motivos por los que se puede rescindir, por rendimiento insuficiente de la trabajadora o trabajador en modalidad a distancia.

El objetivo es racionalizar el uso de edificios e instalaciones administrativas y establecer formas de organización en el trabajo que propicien ese ahorro.

La pandemia como hemos tratado en artículo anteriores ha normalizado el teletrabajo, aunque la medida elegida mayoritariamente por las empresas es en su versión híbrida combinando teletrabajo y trabajo presencial al igual que la administración pública.

Las administraciones se acogen a esta modalidad como medida de ahorro energético, incluido en el plan MITECO aprobado el pasado mes de mayo haciendo especial hincapié en la productividad, con una disminución de la jornada a 35 horas semanales y el teletrabajo.

Pero ¿cómo podemos medir la productividad en nuestra empresa?

Sabemos que los trabajadores que están satisfechos con sus condiciones son más productivos. Hablar de productividad en la actualidad se queda corto, ya que tenemos que tener en cuenta más factores como la sostenibilidad y la conciliación laboral y personal.

La productividad es el rendimiento laboral con los recursos que consumimos aunque el objetivo no es producir más en menos tiempo sino también los hábitos laborales. Normalmente se esquematiza la productividad en llevar un registro de jornada y tareas que se completan para identificar las horas más productivas y con menos distracciones, fijar objetivos y dividir los procesos en tareas mínimas.

Un trabajador productivo realiza las tareas más complejas en las horas de trabajo con menos distracciones o primera hora para estar más descansados, realizar descansos breves dentro de la jornada, cambiando de tareas y el cumplimiento de objetivos favorecen los resultados.

Por parte de la empresa es recomendable implementar medidas que faciliten la ejecución de las tareas, pero en la cuarta revolución industrial que estamos viviendo hay que medir factores como la motivación, aumentar el compromiso y mejorar la competitividad. La promoción de formación continua y el reciclaje profesional ayudará al progreso de los empleados.

Fomentar un buen clima laboral favoreciendo la conciliación, flexibilidad horaria y los incentivos salariales ligados a objetivos, definir qué es lo que motiva a los trabajadores para que se sientan satisfechos y tengan sentimiento de pertenencia a la organización y así retener el talento.

¿En qué beneficia todo esto el empresario?

Ahorro de costes, mejora de la organización, aumento de productividad, consecución de objetivos lo que lleva aparejado un mayor beneficio.

En el ámbito laboral la pandemia ha implementado el teletrabajo en muchas empresas y una crisis energética nos va a llevar a una optimización de la jornada ayudando al fin del presencialismo o calentamiento de silla, numerosos estudios indican que, a partir de un determinado número de horas, el trabajador reduce su productividad. El cansancio acumulado y la pérdida de motivación hacen que el rendimiento sea bajo, lo que lleva a una empresa menos competitiva.

Cómo ya ocurrió con el teletrabajo son las empresas las que se están adelantando con la implementación de jornada continuas ya que la administración no ha regulado de manera que se pueda fomentar este tipo de desarrollo del trabajo, cómo siempre un paso por detrás del mapa de actualidad. El aumento de los costes energéticos está abocando a las empresas a la reducción de horas presenciales y disminuir los desplazamientos de los trabajadores.

No sólo es necesario un fomento de la mejora de las condiciones por parte de la administración, sino que es necesario un cambio de mentalidad con el fin de mejorar la competitividad del tejido empresarial de España poniendo fin a la cultura presencialita y a las jornadas laborales abusivas, España a diferencia de Europa cuenta con una cultura y costumbre que no lo favorecen, aunque cada vez avanzamos más y proliferan los negocios con jornada continuada, en ámbitos no solo de oficina, sino en comercio, mecánica del automóvil, construcción.. Al igual que con el teletrabajo estamos ante un nuevo cambio sustancial en el modo de desarrollo del trabajo, en unos años veremos si nuestros horarios comerciales y laborales se asemejan más a lo de los países nórdicos.